Los crímenes de HERBERT BAUMEISTER y la MALDICIÓN de Fox Hollow Farm

Introducción: Herbert Baumeister y los fantasmas de Fox Hollow Farm La aparente tranquilidad que envolvía Fox Hollow  Farm, una granja con 18 acres de terreno ubicada   en el distrito residencial de Westfield, en  Indiana, quedó destruida en el año 1996 tras   un hallazgo macabro que reveló uno de los casos  más escalofriantes de asesinatos en serie de la   historia de Estados Unidos. Más de 10.000  restos humanos fueron desenterrados en la   granja propiedad del empresario Herbert  Baumeister. Restos que inicialmente   fueron descubiertos por su propio hijo. A partir de este descubrimiento se inició   una investigación que dejó perplejos a los  investigadores, horrorizó a la comunidad   local y que se ha extendido hasta nuestros días. Y es que, a parte de que el caso continúa siendo   investigado con el fin de identificar a todas  las víctimas, se dice que en Fox Hollow Farm   todavía deambulan las almas de aquellos  a los que Herbert Baumeister les quitó   la vida. Los testimonios de la nueva familia  que compró la propiedad son escalofriantes,   testimonios que han sido corroborados por  decenas de investigadores paranormales.  ¿Quién fue Herbert Baumeister? ¿Existe  realmente una maldición en Fox Hollow Farm?  Antes de responder a estas preguntas recuerda  suscribirte al canal si te gusta este tipo de   contenido, activar la campana de notificaciones  para que YouTube te avise cuando suba un   nuevo vídeo, dejar un like y compartir para  ayudarme a seguir creando contenido como este.  También puedes seguirme en mis redes  sociales: Instagram, Tiktok y Twitter,   donde subo contenido muy interesante y te recuerdo  que muchos de mis vídeos están subidos en formato   podcast a Ivoox y Spotify, para que puedas  escucharlos dónde y cuando quieras. Tienes   todos los enlaces en la cajita de información. Y ahora sí, dicho todo esto, apaga las luces,   toma asiento y acompáñame a conocer a Herbert  Baumeister y su mansión de los horrores.  La investigación de las desapariciones Virgil Vandagriff, un ex policía que había  inaugurado su firma de investigaciones privadas   en Indianápolis en el año1982, recibió (en  junio de 1994) a una madre desesperada. Su hijo,   Alan Broussard (de 28 años) había desaparecido  y había sido visto por última vez saliendo de   un bar gay llamado Brothers. Virgil publicó  carteles en Indianápolis y en otros lugares   que mostraban la fotografía de Alan y pedían  información. Pronto se enteró de que una   detective de la policía de Indianápolis, Mary  Wilson, estaba trabajando en la desaparición   de otros hombres homosexuales; casos  muy similares al de Alan Broussard;   aunque el departamento de policía no parecía  mostrar demasiado interés en estos casos.  El detective también encontró un artículo  en la revista Indiana Word sobre un hombre   llamado Jeff Jones, de 31 años, que había  desaparecido en Indianápolis a mediados de 1993,   después de acudir a un bar gay. Más tarde se  enteró de otra desaparición, la de Roger Allen   Goodlet (de 34 años) que tras acudir también  a un bar, se había esfumado sin dejar rastro.  Vandagriff recorrió los clubes gays de la  ciudad, aunque esto no le sirvió de mucho,   ya que nadie quería hablar con él. Aún así pudo  averiguar que Roger Goodlet había abandonado el   bar Our Place con otro hombre que conducía  un coche azul claro con matrícula de Ohio.  La escalofriante experiencia de Tony Harris en la granja de los Horrores También pudo hablar con Tony Harris, un conocido  de Roger Goodlet y su historia era increíble:   había mantenido relaciones con un hombre que  estaba seguro de que era un asesino en serie.  Según Tony, se había encontrado con este tipo  en un bar, el Club 501. Era alto, desgarbado   y callado. Sospechó que podía saber algo sobre la  desaparición de Roger Goodlet, y se puso a hablar   con él. Este hombre, que se hacía llamar Brian  Smart, evadió las preguntas de Tony sobre Roger,   pero lo invitó a pasar la noche en su casa para  nadar en su piscina y beber unos cócteles. Le   explicó que era un paisajista de Ohio y que  vivía en una granja a las afueras de la ciudad.  Brian Smart llevó a Tony a una gran mansión de  campo estilo Tudor y lo invitó a nadar en la   piscina. Piscina que estaba rodeada de maniquíes,  colocados en diferentes y extrañas posturas.   Allí charlaron durante un rato, se bañaron  en la piscina y, de repente, Brian le pidió   a su acompañante que le pusiera una manguera  alrededor del cuello ya que eso lo excitaba,   Tony obedeció y observó como, mientras tanto, el  hombre se aliviaba a sí mismo. Después le tocó   a él, Brian puso sus manos alrededor de Tony y  apretó con fuerza. Él fingió desmayarse y notó   como la presión en su garganta disminuía  hasta que Brian lo soltó por completo.  En ese momento Tony abrió los ojos y le  preguntó directamente a Brian Smart si eso   era lo que le había sucedido a su amigo Roger  Goodlet. Brian simplemente sonrió y, al rato,   se quedó dormido. Fue entonces cuando Tony decidió  registrar la casa y descubrió varias habitaciones   en las que había ropa y juguetes infantiles.  Intentó buscar un documento de identificación del   supuesto Brian Smart, ya que había deducido que  ese era un nombre falso, pero fue en ese momento   cuando él se despertó. Tony disimuló tan bien  como le fue posible y no se sabe muy bien cómo,   convenció a su anfitrión de que lo llevara  de vuelta a la ciudad y este así lo hizo.  Harris ya había acudido a la policía  para contarles esta historia,   pero en un estado tan conservador como Indiana, la  desaparición de homosexuales no era una prioridad,   y que el sospechoso fuera un hombre rico y  con una familia ejemplar, no ayudaban a creer   que se tratara de un asesino despiadado. Pero cuando Virgil Vandagriff escuchó este   macabro relato confirmó sus sospechas de  que no se encontraba ante un caso asilado   de desaparición sino ante una ola de crímenes  atroces, así que informó al Departamento de   Policía de Indianápolis y más concretamente a la  detective Mary Wilson, quien ya estaba trabajando   en otros caso de personas desaparecidas. De hecho, ella había sido la investigadora   principal del caso de la desaparición de  Jeff Jones, cuyos detalles coincidían con   los informes sobre la desaparición de Roger  Goodlet y Alan Broussard. También investigaba   las desapariciones de Richard Hamilton, de 20  años, Johnny Bayer, de 21, y Allan Livingstone,   de 28. Aunque todavía había más casos que  se remontaban a principios de los años 90.  Vandagriff también envió a Bill Hilzley, uno  de sus investigadores, a registrar las zonas   más rurales del área de Indianápolis. Esta  investigación lo llevó a la zona de Westfield,   donde encontró un letrero que decía “Fox Hollow  Farm” y la propiedad se parecía mucho a la   descrita por Tony Harris. Bill también averiguó  que la mansión pertenecía a una familia llamada   Baumeister. Sin embargo, al enseñarle las fotos de  la casa y el terreno a Tony, este no la reconoció.  La identificación de Herbert Baumeister Para el 29 de agosto de 1995, un año  después del inicio de la investigación,   Tony Harris se encontró de nuevo con el tal Brian  Smart en un bar gay llamado Varsity Lounge. Brian   había dejado de acudir a este tipo de locales  porque sabía que la policía estaba investigando   los casos de desaparición, pero para este  momento creyó que las aguas se habrían calmado,   aunque en realidad, esto no era así. Los dos hombres se pusieron a charlar y,   finalmente, Tony consiguió anotar la matrícula de  su camioneta. La detective Mary Willson averiguó   que ese número de matrícula no pertenecía ningún  Brian Smart sino a un hombre llamado Herbert R.   Baumeister, propietario de Fox Hollow Farm. Mary y su jefe, el teniente Thomas Greene,   fueron a ver a Baumeister el 1 de noviembre  de 1995. Ella le dijo directamente que lo   investigaban por la desaparición de varios jóvenes  en Indianápolis, que él era sospechoso y que   querían registrar su casa. Baumeister se negó  y les dijo que a partir de ese momento debían   hablar todo con su abogado. A los pocos días Mary  fue a ver a Julie, su mujer, que era copropietaria   de la granja y podía autorizar el registro,  pero ella, en un principio, también se negó.  No fue hasta 7 meses más tarde, en junio de 1996,  que Julie aceptó que inspeccionaran la propiedad.   Lo que había sucedido en ese lapso de tiempo  era que Herbert Baumeister se había convertido,   según las palabras de su mujer,  en un desquiciado. Su matrimonio,   su negocio y su vida en común eran insostenibles  y ambos habían iniciado un proceso de divorcio.  Los 10000 huesos humanos de Fox Hollow Farm El 23 de junio, Herbert estaba fuera de la  ciudad y Julie aprovechó esta oportunidad   para contarle a Mary Wilson sobre el cráneo que  uno de sus hijos había encontrado en su patio.  Julie Baumeister, se reunió con la detective  Mary Wilson, el capitán Tom Anderson y el   detective Jeff Marcum en la puerta de su casa  esa tarde y los condujo al jardín trasero.   Allí señaló el lugar donde, dos años antes, su  hijo Erich, que en aquel momento tenía 13 años,   había encontrado el esqueleto humano. Aseguró  que el motivo por el que no había denunciado   este hecho fue porque había creído la historia de  su marido sobre que los huesos no eran más que un   esqueleto antiguo que estaba relacionado con el  trabajo de su difunto padre, que era anestesista.  Cuando los investigadores empezaron a revisar  el terreno encontraron muchos restos de huesos   humanos que parecían carbonizados. Recogieron todo  lo que pudieron y le entregaron las evidencias   al antropólogo forense Stephen Nawrocki, que  pronto confirmó que se trataba efectivamente   de huesos humanos, que eran recientes y  que habían sido triturados y quemados.  El 24 de junio la policía volvió a Fox Hollow  Farm, lugar que ya parecía el escenario de uno   de los peores crímenes jamás cometidos  en Indiana. Las autoridades creían que   todos los casos de jóvenes homosexuales que  habían desaparecido a lo largo de varios años   estaban relacionados con Herbert Baumeister  y su ya conocida como casa de los horrores.  Los investigadores descubrieron que el interior  de la casa era exactamente como Tony lo había   descrito, incluso los maniquíes seguían junto  a la piscina. Pero además descubrieron algo   que Tony no había podido ver, una cámara de  vídeo oculta con la que Herbert Baumeister   grababa todos sus crímenes. Aunque  nunca pudieron encontrar las cintas.  Para este nuevo registro, más efectivos se  unieron al equipo de búsqueda, incluido el   antropólogo forense Stephen Nawrocki y la fiscal  Sonia Leerkamp. Durante los primeros 2 días,   los investigadores encontraron 5.500 fragmentos  de huesos en el terreno de Fox Hollow Farm que,   presuntamente, correspondían a 4 cuerpos. Pero todavía había más, unos vecinos avisaron   a las autoridades de que también habían encontrado  restos humanos en su terreno. Estos estaban mejor   conservados y parecían más recientes que los  encontrados en Fox Hollow Farm. Al terminar   la exhumación en esta nueva ubicación; en la que  encontraron costillas, vértebras, y unas esposas   que el criminal había utilizado para inmovilizar a  sus víctimas; se estimó que esos restos, unos 140   huesos, pertenecían a otras 7 víctimas. Esto  sumaban un total de 11 hombres a los que Herbert   Baumeister había quitado la vida, sin embargo,  la policía creía que este hombre había acabado   con un total de 25 (o más) jóvenes. En cuanto a la cifra total de huesos,   fragmentos de hueso y restos que se encontraron  en la propiedad y los terrenos adyacentes a esta,   difiere de unas fuentes a otras. Algunas aseguran  que fueron más de 10.000, dato que podría ser   plausible teniendo en cuenta que la mayoría de los  huesos eran fragmentos muy pequeños. Sin embargo,   este dato no lo he podido corroborar. Además a  día de hoy, se cree que todavía quedan restos   en los terrenos de Fox Hollow Farm. Sea como fuere, la policía no entendía   como Herbert había podido cometer todos esos  crímenes sin que su familia se enterara de nada,   pero Julie les explicó que ella y sus hijos  solían marcharse durante meses a casa de los   abuelos de los niños y las fechas coincidían  a la perfección con las desapariciones.  No sería hasta septiembre del año 1996 que los  antropólogos pudieron identificar a algunas de   las víctimas: Allen Livingston, de 27 años, Manuel  Resendez, de 34, John Lee Bayer y Richard Douglas   Hamilton, ambos de 20 años; Steven Spurlin Hale  y Allen Wayne Broussard, ambos de 28 años; Roger   Allen Goodlet, de 33; Michael Frederick Keirn,  de 45; y Jerry Williams, de 34 años. Todos ellos   eran hombres jóvenes, muchos de los cuales  compartían características físicas similares.  ¿Quién era Herbert Baumeister? Herbert Richard Baumeister nació el  7 de abril de 1947, en Indianápolis,   Indiana. De su infancia no hay información,  pero lo que sí se sabe es que cuando llegó a   la adolescencia se hizo evidente que había algo  que no estaba bien en él. Era irresponsable,   caótico, antisocial y tenía un comportamiento  explosivo. Fue por esto que su padre, en secreto,   lo sometió a diferentes exámenes mentales que  confirmaron que Herb padecía esquizofrenia y un   desorden disociativo de la personalidad, aunque no  se sabe si llegó a tratar sus problemas mentales.  Durante su época universitaria, la vida de Herb  continuó igual. Abandonó los estudios y no era   capaz de mantener un trabajo, hasta que finalmente  su padre, un hombre muy respetado en su comunidad,   le consiguió un empleo en la Oficina de  Vehículos Motorizados de Indianápolis.  En noviembre de 1971, Herbert se casó con Julie  Saiter. Pocos años después, ella dejó su trabajo   como profesora para concentrarse en tener una  familia y así el matrimonio tuvo tres hijos: Marie   en 1979, Erich en 1981 y Emily en 1984. Al poco tiempo de nacer su tercera hija,   Herb fue despedido de su trabajo y  decidió pedirle a su madre un préstamo   de 4000 dólares para emprender en un negocio  junto a Julie. En 1988 abrieron Sav-a-Lot Thrift,   una tienda que vendía ropa y artículos para el  hogar de segunda mano. Este negocio les fue tan   bien que pronto abrieron un segundo local  y se convirtieron en empresarios exitosos.  Esto les permitió, en 1991, mudarse al moderno  distrito de Westfield, a casi 32 kilómetros de   Indianápolis, en el condado de Hamilton.  Allí compraron, por un millón de dólares,   una granja con una elegante mansión de  estilo Tudor llamada Fox Hollow Farm,   con cuatro dormitorios y piscina cubierta. Julie creía que ese sería el lugar perfecto   para criar a sus hijos, aunque ya había  tensiones dentro del matrimonio. Se habían   separado brevemente en varias ocasiones y, más  tarde, Julie admitiría que sólo habían mantenido   relaciones en seis ocasiones en los 25 años que  estuvieron casados. Su vida se volvió caótica y   el carácter de Herb se fue agriando cada vez  más, tanto en su casa como en su negocio:   trataba mal a clientes y empleados, lo que provocó  un notable descenso de sus ventas y sus ganancias.  El final de Herb y el asesino de la i-70 En julio de 1996, tras las investigaciones en Fox  Hollow Farm y cuando la policía lo buscaba para   arrestarlo, Herbert Baumeister huyó a Ontario,  Canadá, donde finalmente se quitó de en medio   en un parque. Antes de hacerlo escribió una carta  de despedida en la que hablaba de su vida diaria,   pero nunca confesó sus crímenes. Más tarde, la policía averiguó que los   asesinatos de Fox Hollow Farm no habían sido los  únicos. Herbert Baumeister era también el conocido   como asesino de la i-70, un criminal al que se  le habían atribuido otros 9 crímenes y que había   operado durante la década de los 80. Les quitaba  a la vida a sus víctimas y luego las arrojaba a   la cuneta de la interestatal 70. Estas coincidían  con el perfil de víctima de Herbert Baumeister.   Además, estos crímenes habían cesado cuando él  compró su mansión de Westfield, Fox Hollow Farm.  Las víctimas de Baumeister y su identificación El descubrimiento de los crímenes cometidos por  Herbert y el hallazgo de los restos humanos en   la propiedad escandalizó a la comunidad  de Westfield. La granja, se convirtió en   la casa de los horrores y fue bautizada con  el nombre de “El campo de la muerte”. Los   vecinos y conocidos de los Baumeister quedaron  conmocionados al descubrir que el que parecía   un respetado empresario local llevaba una doble  vida, siendo en realidad un asesino en serie.  Fox Hollow Farm, a día de hoy, sigue  siendo un sitio activo de investigación.   Las autoridades han identificado más de  veinte ubicaciones en la propiedad que   podrían contener más restos humanos y en las  que se están llevando a cabo excavaciones.  De hecho, el 21 de mayo de este mismo año  2024, la Oficina del Forense del Condado   de Hamilton anunció que Jeffrey Jones, cuya  desaparición se había denunciado en agosto   de 1993, fue finalmente identificado como  una de las víctimas de Herbert Baumeister.  Esto se logró gracias los avances en la  genealogía genética forense, un método que   combina el análisis del ADN con  la investigación genealógica para   identificar restos humanos. Técnica que  ha sido crucial en la identificación de   víctimas en casos de crímenes donde los  cuerpos han sido parcialmente destruidos.  A pesar de todos estos avances, todavía  hay cuatro perfiles de ADN que no han sido   identificados. Estos serán enviados al FBI para  continuar con las investigaciones genéticas.  Y en teoría, aquí terminaría la historia de  Herbert Baumeister y su terrible ola de crímenes,   pero lo cierto es que aún hay más, ya que se dice  que la granja de Fox Hollow Farm está embrujada,   tanto que se la considera la casa más  maldita de Indiana y ha sido objeto de   varias investigaciones paranormales. Los rumores de que Fox Hollow Farm es   La familia Graves y Joe Leblanc un lugar maldito, son anteriores a la  estancia de la familia Baumeister en   la granja. Muchos ya pensaban que el lugar  estaba embrujado y anteriores propietarios   aseguraban haber notado energías extrañas  y perturbadoras dentro de la propiedad.  Pero esto se ha convertido casi en una leyenda  urbana. En realidad, la historia que realmente   ha sido investigada y documentada es la de  la familia Graves, familia que vivió en la   casa tras los crímenes de Herbert Baumeister. La familia, formada por Rob y Vicky Graves y   sus dos hijos compró la propiedad de Fox Hollow  Farm en el año 2006, a sabiendas de la oscura   historia que rodeaba el lugar. Ese mismo año se  mudaron a su nueva casa y, aunque eran bastante   escépticos con respecto a la maldición, las  cosas extrañas no tardaron en empezar a suceder.  Todo empezó de forma muy sutil: electrodomésticos  que se desenchufaban, sensaciones extrañas…   Pero poco a poco las cosas fueron a más. Y,  cabe decir, que no fueron solo ellos los que   presenciaron los fenómenos paranormales,  sino también su inquilino, Joe Leblanc.  Joe Leblanc, era un compañero de trabajo de Rob.  Estaba buscando un piso que estuviera más cerca   de su trabajo así que Rob le comentó que en  su propiedad había un apartamento a cierta   distancia de la casa principal y que estaría  más que encantado de alquilárselo. Por supuesto,   le contó a Joe la oscura historia  de Fox Hollow Farm pero a él no le   preocupó lo más mínimo y aceptó la oferta. El día de la mudanza, tras trasladar y   El inicio de los fenómenos paranormales desembalar todas las cajas, Joe estaba agotado y  se quedó dormido. No solía recordar sus sueños,   pero en esta ocasión este había sido muy  vívido y recordaba a la perfección todos   los detalles. En él estaba corriendo por el  bosque y sentía que no podía detenerse porque   alguien lo perseguía. Para cuando se despertó  se dio cuenta de que se había levantado de la   cama y había echado a correr de verdad en un  estado de sonambulismo. Se había chocado con   el marco de la puerta y se había golpeado la cara.  También había roto un cristal y se había cortado.  Dos días después de este incidente, que  podría haber sido una simple coincidencia,   Vicky se encontró con su marido pintando una  de las paredes de la casa. Ambos se pusieron a   charlar, hasta que ella se dio cuenta de que había  un hombre con una camiseta roja en su jardín. Lo   primero que pensó fue que sería un intruso,  hasta que se dio cuenta de que no podía ver   sus piernas. De repente el hombre echó a andar  y tras pasar detrás de un árbol, desapareció.  Rob se dio cuenta de que su mujer se había quedado  pálida y le preguntó qué le pasaba. Ella le contó,   con el corazón acelerado, lo que acababa de  ver, pero Rob le quitó importancia. Creyó que   podría ser un fanático de los crímenes que se  había colado en la propiedad. Ambos salieron de   la casa y se dirigieron hacia donde Vicky había  visto a este sujeto, pero allí ya no había nadie.  El hombre de la camiseta roja Joe llevaba una semana viviendo en  Fox Hollow Farm cuando en una ocasión,   mientras fregaba los platos escuchó como alguien  llamaba insistentemente a su puerta. Cuando por   fin la abrió, se dio cuenta de que no había nadie  al otro lado, sin embargo se sentía observado.  Cuando cerró la puerta, su perro, Fred, empezó a  ladrar y Joe pudo ver como un hombre desconocido   entraba en su habitación. Aterrado, entró  al cuarto esperando encontrar a un intruso,   pero allí tampoco había nadie. Unas semanas más tarde, salió a   pasear con Fred por la finca, como solía hacer  cada noche. Mientras caminaba escuchó un sonido   que procedía de entre los árboles y Fred empezó  a gruñir en esa misma dirección. Finalmente,   el animal se soltó y empezó a correr hacia  allí. Cuando Joe miró hacia los árboles,   pudo ver a un hombre con una camiseta roja que,  a los pocos segundos, desapareció ante sus ojos.  Estaba aterrado por lo que acababa de ver,  pero aún así decidió ir tras su perro,   momento en el que se encontró cara a cara con el  hombre de la camiseta roja. El susto fue tal que   Joe agarró a su mascota y ambos echaron  a correr en dirección a su apartamento.  Al día siguiente se lo contó a sus  caseros, Vicky y Rob, y ambos se   quedaron sin palabras. La descripción coincidía  perfectamente con la del hombre que Vicky   había visto días atrás en el jardín de la casa. Todos intentaron ignorar este asunto y continuar   con sus vidas. Se esforzaban en que no les  afectara y en buscar una explicación lógica a lo   que estaba pasando, ya que todos eran escépticos  en cuanto al tema paranormal. Sin embargo,   dos días más tarde algo volvió a suceder. Joe estaba durmiendo en su cama cuando la   puerta sonó de nuevo. Se negaba a levantarse así  que preguntó a gritos quien era y que quería,   pero nadie le contestaba y la puerta  seguía sonando. Finalmente se levantó,   abrió y allí, de nuevo, no había nadie. Aunque  la argolla del golpeador seguía levantada,   como si alguien la sujetara en el aire.  Mientras Joe la miraba fijamente, esta volvió   a caer sobre la puerta, llamando una última vez. El hombre cerró la puerta y echó en cerrojo. Su   perro estaba asustado, oculto debajo de la cama y  gruñendo mientras miraba hacia la entrada. El pomo   empezó a girar, como si alguien estuviera tratando  de entrar. De pronto se paró en seco y la puerta   se abrió de golpe, arrancando el pestillo del  marco y golpeando fuertemente contra la pared.  Joe salió corriendo de la casa y, cuando se había  alejado lo suficiente, miró hacia atrás. En ese   momento pudo ver a una persona entrar corriendo a  su apartamento. Era un hombre joven, completamente   empapado que gritaba y parecía estar huyendo.  Al poco tiempo se desvaneció ante sus ojos,   al igual que había pasado con el otro  sujeto que se había encontrado en el bosque.  En esta ocasión, Joe quedó convencido de que esta  era una de las víctimas de Herbert Baumeister y   Más huesos en Fox Hollow Farm que estaba pidiendo ayuda. Le contó a Rob y a  Vicky lo que había vivido y los 3 empezaron a   investigar sobre los crímenes de Fox Hollow Farm.  Al observar las fotografías de las víctimas, Joe   se dio cuenta de que una de ellas era el hombre  al que había visto noches atrás entrar en su casa.  Días más tarde, Joe decidió ir de nuevo al  bosque de la finca, a la misma zona en la   que se había encontrado con el hombre de  la camiseta roja. Allí, sobre unas hojas,   encontró un hueso humano, un fémur. De esta  forma, tanto Joe como el matrimonio Graves,   dedujeron que eso era lo que pretendía el  supuesto fantasma, llevarlos hasta sus restos.  Por supuesto, informaron de este hallazgo  a la policía y consiguieron contactar con   el detective que había dirigido la investigación,   quien accedió a explicarles toda la historia de  los crímenes de Herbert Baumeister y a indicarles   en qué zonas de la propiedad se habían  encontrado la mayor cantidad de huesos.  El investigador les explicó que Baumeister  llevaba a sus víctimas a la zona de la piscina y,   tras dejarlas fuera de juego gracias al alcohol,  acababa con sus vidas. También les explicó que   el sospechoso había huido a Canadá tras ordenarse  su detención y que se había quitado de en medio.  El ataque en la piscina y el espíritu de Baumeister Pensando que todo se había solucionado, Joe  y la familia Graves volvieron a su rutina.   Creían que habían cumplido su cometido y que el  supuesto fantasma no los iba a molestar de nuevo.  Sin embargo, una tarde, mientras Joe se bañaba  en la piscina junto a un amigo y los hijos de   los Graves notó como unas manos lo agarraban del  cuello y trataban de sumergirlo en el agua. Su   amigo se dio cuenta de que algo no iba bien  y de que parecía que Joe estaba tratando de   liberarse de algo que lo sujetaba, aunque él  no podía verlo. Antes de que pudiera ayudarlo,   Joe consiguió salir por sus medios del agua y, muy  alterado, pidió a los demás que hicieran lo mismo.  A continuación se marchó a su apartamento, cogió  su ordenador y se puso a trabajar. Pero al poco   tiempo escuchó un sonido metálico que venía de  la cocina. Al ir a comprobar lo que había pasado,   se dio cuenta de que todos los cuchillos habían  sido movidos y alineados en el fregadero; además,   en las puertas de madera de los armarios había  numerosos rasguños que parecían recién hechos.  En ese momento Joe pensó que se trataba de otra de  las víctimas de Baumeister y dedujo que, tal vez,   había perdido la vida tras ser apuñalado. Esto  era bastante extraño, ya que la mayoría de las   víctimas habían fallecido por asfixia en la  zona de la piscina y no sabía de ninguna que   hubiera sido atacada en el apartamento externo  a la casa principal y menos con un cuchillo.  De todas formas, sacó su móvil, encendió la  grabadora y comenzó a grabar. A continuación   preguntó quién era la persona que estaba en su  cocina, pero no escuchó ninguna respuesta. Sin   embargo, al escuchar el audio en su ordenador  pudo oír una voz que claramente decía: “The   married one”, en castellano: el que está casado. Al revisar minuciosamente las fichas de todas   las víctimas, se dio cuenta de que todos eran  hombres solteros. El único casado involucrado   en los crímenes era el propio Herbert Baumeister. A pesar del macabro descubrimiento de que no sólo   Conclusiones finales sobre el caso las almas perdidas de las víctimas rondaban la  propiedad, sino también la del propio asesino,   tanto Joe como la familia Graves  continuaron viviendo en Fox Hollow Farm;   por lo menos hasta el año 2019, cuando  la casa se puso de nuevo a la venta.  En el lugar también se han realizado varias  investigaciones paranormales y, supuestamente,   en todas ellas se han captado evidencias que  confirman que efectivamente, tanto la casa como   los terrenos que la rodean, están embrujados. Sin embargo, es cierto que la familia Graves   sacó provecho de todo esto. Publicaron un libro  Titulado “The Horrors of Fox Hollow Farm” contando   sus experiencias paranormales en la propiedad  y en el año 2011 se estrenó una película,   The Haunting of Fox Hollow Farm, en  la que también se cuenta su historia   durante el tiempo que vivieron en la casa. Está claro que el caso de Herbert Baumeister   fue real y es considerado como uno de los  peores crímenes jamás cometidos en Indiana.   De hecho, cuando los investigadores descubrieron  los huesos en el terreno de la casa,   afirmaron que aquello parecía más un  cementerio que un jardín. Sin embargo,   como en todos los casos de este tipo, en cuanto a  la maldición de Fox Hollow Farm tengo mis dudas.  Sabéis que me gustan este tipo de casos  paranormales, pero, al fin y al cabo, me   los tomo como meras leyendas o historias de terror  que surgen, normalmente, de una desgracia. Sobre   todo si, como en este caso, hay dinero de por  medio; ya que los implicados vendieron su historia   para escribir un libro y crear una película. Pero ahora lo que me interesa es que vosotros   me dejéis vuestra opinión en los comentarios,  ¿Conocíais el caso de Herbert Baumeister? ¿Creéis   que la maldición de Fox Hollow Farm es real? Y si esta historia os ha parecido interesante,   os animo a que os suscribáis al canal,  dejéis un like y compartáis el vídeo para   ayudarme a seguir creando contenido como este. Por mi parte, recordaros que si os habéis quedado   con ganas de más podéis echar un vistazo a  estos vídeos que os dejo por aquí, y que,   como siempre, os dejo todas las fuentes  consultadas en la cajita de información.  Y dicho todo esto, yo me despido  hasta la próxima historia.